5 Abbebe Oshun
Abbebe Oshun es poeta y periodista. Como periodista, viajó por todo el mundo. Sus viajes al Congo y Egipto le abrieron el camino a sus prácticas curativas actuales. Un día recibió un mensaje espiritual: construiría y lideraría una comunidad ceremonial en la República Dominicana dedicada a sanar y empoderar a las mujeres. Así se convirtió en migrante en República Dominicana y la Iya (o madre) de su ilé, un hogar en Santo Domingo que recibe personas en busca de curación. A su ilé viene gente de Estados Unidos, Honduras, Holanda, Puerto Rico, República Dominicana. Atiende a cualquier persona que necesite atención espiritual a través del espiritismo y la Regla de Ocha. El lema de Oshún es “Obedi kaka, Obedi lele” (El conocimiento se difundió por todo el mundo). Ella se enorgullece de haber construido un ilé donde todos los linajes curativos y ancestrales son honrados y respetados. Ella despliega sus herramientas habituales de sanación espiritual, así como reiki, sanación pránica y la de luz, en su praxis diaria. Desde 2012 acompaña a sanadores indígenas en México, Estados Unidos y República Dominicana.
Mujeres y la creación
Yo interpreto entendiendo el conocimiento yoruba, como un elemento de principio, de inicio. Con una lectura y una buena filosofía que sostiene ese conocimiento. Yo entiendo que la mujer tiene que ver mucho, es muy importante dentro del conocimiento Yoruba. Muy importante. Piense bien: la mujer en sí, como ente del universo, tiene su misterio. La mujer es un elemento misterioso. Engrandecedor, multiplicador. El crecimiento humano, el proceso de formación del feto, y el crecimiento de ese feto y ese niño, y todo lo que se derive de eso, también es un misterio. Sí, la ginecología, la pediatría… hay muchas disciplinas que intervienen en ese proceso. Pero todavía por el camino hay misterios. Todavía, sí. No podemos absolutizar la ciencia, todavía. Nadie nos puede decir quien nació primero, si la gallina o el huevo. Siguen habiendo elementos míticos que tienen su mística interna. Entonces… Sobre todo, este conocimiento… Yo creo que hay muchas personas, como yo, que hemos llegado a este conocimiento buscando saber, buscando entender. Yo tengo que saber exactamente hacia dónde vamos, y por qué. Me remito a los grandes descubrimientos antropológicos, que hablan de que la primera mujer, que el primer ser humano fue una mujer, que vino de la evolución, que fue quien hizo el empate de la cadena, y que el cuerpo, el esqueleto y el ADN que se ha estudiado, es de una mujer africana. A mí eso me suena. Porque esa reproducción no fue unicelular. Entonces, a mí me suena, y que hayan puesto como una imperfección, en la filosofía Yoruba. La auto reproducción está vedada, daba un ser imperfecto. Entonces se habló de la creación, de que un día Dios dijo: “No! Hay que buscar pareja, para que el producto sea perfecto”. Y entonces se dividió el ser humano. Esto es un conocimiento, hay una literatura que está establecida, por unos babalawos cubanos, apellidos Napolis y el otro, Félix Rodríguez, que, han estudiado esto. Plantea y esboza el problema de que entonces se habló de multiplicar la especie y de crear una figura humana. Pero todavía había esa división, esa creación de dos partes. Todavía no tiene la fundamentación de cómo fue, ni en qué tiempo, ni donde, si fue en el mar o si vino del cielo. Todavía se dice: “Dios dijo: hay que hacer dos partes”, porque el hombre había nacido con un solo ojo, la vagina quedaba debajo del brazo. Había una imperfección y en un momento se dijo: “No! Tiene que haber dos partes. Hombre y Mujer. Y el varón va a llevar todavía tetillas, para que nunca olvide de donde salió.” Me está hablando que salió de una mujer. Yo creo que el mundo espiritual es un mundo guiado por las mujeres. Por la energía femenina. Pero las mismas mujeres, a veces, necesitan como un despertar. Y eso fue lo que nosotros quisimos hacer. Entonces, en el conocimiento Yoruba, aunque hoy aparentemente se ve a la mujer como un elemento discriminado. Es decir, la mujer no puede ser Ifa, no puede ser Babalawo. La mujer, puede tener conocimiento, pero no puede ser [Ifa/bablawo.] Hay muchas manifestaciones donde la mujer ocupa un segundo renglón. Es la que ayuda al Babalawo, es la que, sin embargo, a mi juicio, es primaria, es originaria. ¿Cómo? ¿Cuál es el camino? Pero hay que hacerlo todavía. No es un proyecto, no es un plan. Es una concepción. De que la mujer tiene que… Nosotros, de esta posición hemos recibido tantas mujeres que lo que quieren es que le den un trabajo pa’ un hombre. No es la espiritualidad, la espiritualidad femenina, no… Yo no hago nada de eso. Eso da mucho dinero. Pero nosotros no vamos a minimizar, esquematizar la religión por un amarre de un hombre, eh, de una mujer que le hace a un hombre, eso no es lo que estamos hablando. Estamos hablando de espiritualizar la conducta humana. Tu relación de pareja.
Cuando nosotros conocimos a Carlos, quien es mi compañero, él no sabía nada de eso. Él tiene una interpretación pequeña, chiquitica y cerrada, de lo que era la religión. Y nosotros tenemos que luchar porque la espiritualidad se inserte en la cotidianidad. Todo está lleno de espiritualidad, lo que tenemos [es] que descubrirla, cuando cortamos las flores del jardín en la mañana. Cuando… Es decir, nosotros preparamos un alimento, y ese alimento lo rezamos para que nos sea nutritivo. Cuando compartimos con otra persona nuestra fuerza, nuestra dinámica. Bueno, pues, salimos guiado por un mandato, y que obedezcamos el mandato, porque no solo es que tú tengas un mandato, sino que, además, tú te guías por lo que estamos diciendo. Espiritualmente, o te dicen espiritualmente. Todo eso en la vida diaria está en la espiritualidad. El abrir los ojos, y ver la luz, y cerrar los ojos para esperar la luz, eso es espiritualidad, esto se aprende en la casa, con la mamá. Por ejemplo, mi nieto, cuando alguien le dice: “Vamos a rezar Marito”, y él hace señal de la cruz, y llama Oduduwa, su ángel de guarda, pero hace su señal de cruz, Entonces, que bueno que crezcan con ese apego al misterio, a lo desconocido, a descubrirlo, a caminar, a desandar esos caminos de la espiritualidad. Eso realmente para mí, es la verdadera religión. Es la educación.
Plantas y la luz