6 Miledy y Amelia
Bailando al ritmo de los tambores batá en Casa del Caribe, Santiago de Cuba, Alaí conoció a Milady. Milady coordina la Fiesta del Caribe, de renombre internacional en Cuba cada mes de julio. Cuando se enteró del Proyecto de Mujeres Sanadores del Caribe, inmediatamente ofreció una entrevista junto con su tía Amelia. Poco sabía Alaí que veinticuatro horas después estaría subiendo en moto a una de las cofradías más antiguas de los esclavizados y libres de color de Santiago de Cuba, donde está la casa de Amelia. Milady y Amelia y tres generaciones de su familia, son sacerdotisas de Regla de Ocha, además de tener iniciaciones en Regla Conga. Como mayores, compartieron cómo la práctica de la Regla de Ocha llegó a Santiago de Cuba desde La Habana, cómo se curan a través de la tradición orisha y la Regla Conga, y el papel significativo de la mujer en esas prácticas de sanación.
Ceremonia
Tradición
Milady
Yo ni me sé mi par, ni mi tía tampoco, pero por eso tenemos a Oggún de papá, para que él sea el que se encargue de esas cosas [voces se superponen] que hacen las demás personas, y así mi niña, eh, la vida va pasando, el tiempo va pasando y vamos creyendo más, vamos cogiendo poderes, porque los poderes son los que te van apuntalando, ¿me entiendes? Te van dando fuerza, te dan porque el santo solo no puede, te mandan salud, eh, la misma estabilidad laboral, amorosa, la solidaridad, a veces la unión familiar, todas estas cosas, uno se va apuntalando, entonces, va sentando base y le va dando continuidad a lo que empezaron nuestros ancestros, y ayudamos a los aislados, ayudamos a las amistades, no por ningún interés, porque a veces no te lo agradecen, pero te lo agradece tu ángel de la guarda, y entonces, eh, el dolor que tú me causaste, es la alegría que encuentro en ella, eh, y jamás maldecir a nadie, y todo esto que nosotros tenemos es para el bien, nunca para el mal. Cuando te hagan mal, siéntate y habla con tu ángel de la guarda, siéntate y conversa con los poderes que tienes, que sean ellos los que se encarguen de resolver la situación, porque no hacen nada por hacer mal. A veces, las cosas, porque a veces tú no tienes razón y crees que tú la tienes, y quieres hacer el daño, entonces, como Olofi está mirando todo dice: “¿Pero por qué tú quieres hacerlo?”. Él, él es el que todo lo ayuda, entonces, ¿por qué lo quieres hacer? Entonces, lo que te cae es la caja de Pandora, dices: “¿Pero por qué? ¿Qué pasó?”
Amelia
[…] a la hora de fa […].
Milady
Se, lo que lo rayó un hombre, tú con palero ahora […].
Amelia
Ahora se mudan en la cazuela [voces se superponen] de nosotros […].
Milady
Pero que te quede claro, que cuando hablo que matarle un gallo, nosotros sólo hemos matado… Por el otro lado, si hay que correr, hay que hacerlo, ¿entiende? Ajá… No puedes verme [ininteligible].
Amelia
Ya tú sabe.
Milady
Claro, claro.
Amelia
Pero, eh, cuando [lo] que es trabajar funciona como tal es un tata, un padre, pero […].
Milady
Que está facultado… Pero tú me tienes todo preparado y en el coco, que cuando se da el coco, la mujer se mira [voces se superponen], porque no puede ver para fuera [ininteligible], pero nosotros sí damos chamalongo y lo juntamos y vamos para allá.
Alaí Reyes-Santos
¡Camina, camina!
Milady
Coco, camina. ¡Vamos, campeón, que hay que resolverlo!
Alaí Reyes-Santos
¡Ay Dios!
Milady
Yo le tengo mucha fe. ¡Cómo no!
Alaí Reyes-Santos
Y sí.
Amelia
La primera prenda que él dio fue a mi Mafé, dado que fueron dos. Yo tenía quince años.
Alaí Reyes-Santos
Jovencita.
Amelia
Porque yo tenía que tener esa prenda de chiquita, y a mi mamá le daba miedo que yo tuviese esa prenda.
Milady
Con tan buenos muertos, que tenía mucho…
Amelia
Y le daba miedo ya. Cuando ya dijo el santo “No, tú tienes que tener…”, a los quince años yo los recibí.